
Sergio Ramos tenía decidido volver a Europa. Tan convencido estaba de que su etapa en el fútbol mexicano había terminado que no quiso escuchar ofertas. Pese a estar a gusto en una liga diferente y en Rayados de Monterrey, el español no dio ninguna posibilidad a la directiva de que le pusieran encima de la mesa un contrato mareante para ampliar su vinculación más allá del 31 de diciembre de 2025.

