
Hasta que no te despides de tu gente, no te has despedido. Sólo eso le faltaba a Marcelo. Y lo ha hecho en un derbi, en coliseo blanco abarrotado. El adiós de un futbolista con 25 títulos blancos en su vitrina dorada. 16 temporadas. En un Madrid al que llegó como alumno (de Roberto Carlos y se marchó como leyenda. Un ‘tres’ con colmillos que redibujó la posición y al que aún se le busca heredero en Chamartín.